domingo, 13 de julio de 2008

Culpabilidad


Ser culpable, cuando lo eres sin atenuantes, cuando no puedes esconderte porque lo eres, es, con diferencia, la más dolorosa manera de aparecer ante el mundo.


Entonces buscas explicaciones, tratas de paliar el mal causado haciéndolo menor con razones que tú mismo entiendes como huecas. Parece que reduciéndolas eres menos responsable de haber fallado.


Entonces entiendes que no hay serenidad para un culpable, y empiezas a entender a quienes, tras haber cometido una atrocidad, esconden su rostro en un intento de que se lo trague la tierra. Y aunque no es mi caso, percibo que el final de esa preocupación solo parecer tener fin en el paso del tiempo.


La sociedad te señala por no haber sido lo que debías haber sido, por no haber tenido la capacidad que esperaba de ti, y tienes el presentimiento de que ninguna de tus explicaciones tienen valor alguno, aunque quienes deben recibirlas tengan las generosidad de ni siquiera protestar, como comprendiendo cuando ha debido caer tu talento para mantenerte en pie. Ahora no sabes que es peor. Te gustaría huir pero no lo haces, porque nadie puede huir de si mismo. Que tú conozcas tu propia realidad es algo irremediable.


Menos mal que cuento con este innato sentido de lo positivo, y lo que es mejor, con el AMOR en mayúsculas, ese que respeta tu silencio porque sabe que es necesario dejarlo estar, pero que no se aleja por si de repente la debilidad fuese tan intensa que te hiciese desfallecer. Más tarde cuando el desasosiego ha pasado a tensa calma, sus ojos clavados en ti constatando que no ha sido el fin, que sigues vivo, que hay más asuntos que atender, es cuando analizas con algo de lejanía en busca de una luz que parecía haber muerto definitivamente.


Siempre el Amor como catalizador, siempre el Amor sin edades, ni tiempo. Ahora ya sé que pasó, ahora veo con claridad, ahora sé qué tengo que decir y a quien. Puede que no sea definitivo, pero es el principio del futuro. Puede que aún deba hacer más correcciones, pero las ideas me fluyen con más agilidad.


De soslayo me detengo a pensar que ocurriría si fuese el mismo amor a quien perdiera por mi torpe proceder....


No te alejes amor. Si es posible, solo si lo es no me gustaría bailar nada más que contigo....

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Al día siguiente no escribí como si tal cosa, Nacho. No puedo hacerlo porque todavía llevo a cuestas mi pena. Pero co o dice Ostra, no puedo dejarles creer que me han vencido, por eso hago que sigo adelante como si tal cosa, pero en mi interior no es así. Me han hecho mucho daño, mucho, así que no puedo escribir como si tal cosa, sólo disimular.
Gracias por tu escrito.
Besos

Anónimo dijo...

¡Por supuesto que es el principio del futuro!
Mira siempre hacia adelante. Mirar hacia atrás cuando nunca salía el sol no sirve de nada... bueno sí, hace daño y nunca te pondrás moren@!
Mgracias x compartir algo tan tuyo...:)

Anónimo dijo...

Gestionar el dolor y la decepción no es tarea fácil, a veces, hasta la voluntad interviene poco. El tiempo es el que marca el ritmo del olvido. Afortunado es uno cuando tiene amigos que están ahí, que te escuchan, que te leen, hasta que piensan en voz alta por tí. Suerte.

F.

Anónimo dijo...

El ser humano deberia poder actuar libremente sin miedo a ser juzgado por la persona que le ama.
Si hacemos feliz a quien decimos amar...¿porque dar todo tipo de explicacion de nuestros actos?.
La felicidad no depende de confesar todos nuestros actos , fantasias o pensamientos.

Nacho dijo...

Debo agradecer vuestra visita a mi desván.

Srta. Escarlata: Es un honor recibir tu visita, aunque sea para responder a mis comentarios en tu bitácora. Vuelve cuando quieras. Procuraré que haya mirlos capaces de callar con su canto el frenético cri cri de los grillos.

A mis anónim@s amigos tengo que deciros que vuestros comentarios me hacen reflexionar sobre aspectos que no había tenido en cuenta durante esta crisis (es que durante una crisis, la reflexión no es una de mis actividades)

Del anónimo 1 (por distinguir) me llevo lo que de positivo ha inspirado mi texto. No creí en mi capacidad para plasmarlo.

Del anónimo 2 me ha llenado el recuerdo que me ha invitado a tener sobre el poder de la amistad. Gracias, no lo olvidaré ;-).

Del anónimo 3 me ha quedado la sorpresa, porque aunque hablo de culpabilidad, nunca dije que fuese en mi entorno amoroso. Aún así, juzgar es, por poco que nos guste, uno de nuestros métodos para saber de qué cuestiones debemos defendernos, y es inevitable. En cualquier caso, y admitiendo la nula importancia de los juicios que sobre mi se hagan, debo decir que si lo es de la persona que amo y me ama entonces cobra para mí la relevancia de un juicio sumarísimo. En cualquier caso, la confesión de cualquier cosa a cualquier persona, es un ejercicio libre de quien lo confiesa, y en eso sí estamos de acuerdo. Quiero disculparme contigo, porque he debido expresarme fatal en función de lo que creo que has entendido. Prometo un mayor esfuerzo en el futuro.

Volver cuando os plazca a mi desván. Si abro las dos ventanas se mueve un aire fresco ideal para tener una charla larga y distendida.